Al acercarse el fin del calendario maya, se está perfilando una época de grandes oportunidades de crecimiento espiritual y una conciencia planetaria más elevada. Los antiguos mayas previeron este despertar y por eso incorporaron en su símbolos arquetípicos las instrucciones necesarias para aprovechar las energías activadas durante este período de transformación. Al crear un lenguaje de luz que constituye un puente entre las realidades física y espiritual, estos símbolos antiguos tienen el poder de catalizar el crecimiento, el cambio y la conciencia. La interacción con estos glifos establece una resonancia personal o comunicación directa con cada uno de los símbolos, con lo que se crea un conducto a través del que se reciben sus energías galácticas.