Prólogo de David Bizarro. Conversación de soldados. Contaminaciones, profecías y fenómenos muestra la faceta más desconocida del escritor Alberto Ávila Salazar, la de autor de relatos. En este libro se ofrece una antología de textos inéditos en su mayoría, y que brindan lo más selecto de su universo personal. Sus relatos tienen un compromiso con lo extraño y están repletos de ricas influencias y desconcertantes subtextos. El esoterismo, la ciencia ficción más o menos canónica, la sátira política, la prosa poética, el humor grotesco y el horror vagamente ciclonopédico se tocan en una selección de historias que saltan de un género a otro y que, a la vez, ofrecen un hilo secreto que vincula todos los relatos en un contexto de extrañeza. Conversación de soldados es un libro impregnado de magia. Alberto Ávila Salazar (1975, Madrid), lleva cerca de quince años trabajándose celosamente la reputación de autor para minorías selectas, sus novelas y ensayos han visto la luz casi siempre por debajo del radar de los grandes grupos editoriales, formando un corpus literario difícil de rastrear. Ganó el IX Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid por la novela Todo lo que se ve, es autor también de Lo que dicen los dioses, Iluminada, La mitad de un monstruo, el poemario El color y la forma y los ensayos El diablo en casa. El expediente Vallecas y Metraje perdido. Ha escrito en diversos medios como El País Semanal, Esquire (ed. México), El Estado Mental o Agente Provocador. Me ha ido ganando, desde el principio, la propuesta imaginativa de situaciones chocantes (...), la fuerza creciente de una prosa brillante que culmina al final en unos párrafos deslumbrantes que podrían ser un poema en prosa autónomo. (Santos Domínguez, Encuentros con las Letras) Ávila se ha ocupado con preferencia de la intersección entre mito y literatura y se ha convertido en un experto narrador y en creador de un lenguaje propio y brillante que trasciende los géneros (David Hdez. de la Fuente, La Razón) Hay que agradecerle ser uno de esos escritores que abre los caminos que en un futuro recorrerá la literatura. (Carlos César Álvarez, Futuro Pasado)