En las últimas décadas se han reivindicado casi todas las escuelas de la sabiduría antigua para alcanzar la verdad, pero en esta recuperación de los clásicos parece faltar la escuela escéptica. El escepticismo no se refiere a una negación absoluta, sino a la puesta en cuestión de dogmas o prejuicios. Por ello se ha convertido en una de las tradiciones filosóficas que merece ser recuperada para comprender aspectos fundamentales de nuestra realidad. Así, Daniel Tubau nos propone pasear de la mano de los escépticos grecolatinos para, a través de la duda, emprender un camino posible hacia la felicidad.