Confucio, codificador y restaurador providencial de los aspectos exotéricos de la tradición china, es una de las grandes figuras espirituales de la humanidad, con un mensaje válido para todos los tiempos. Aparecido en China en una época de gran florecimiento intelectual y espiritual, los siglos IV-V a.C., al lado de escuelas de pensamiento tan importantes como el taoísmo, el leguismo, el moísmo, la escuela de los nombres o la escuela del yin-yang, el confucianismo, que toma su nombre de la figura inmensa de Confucio, su fundador o codificador, es la corriente que, junto con el taoísmo y el budismo, más ha contribuido a modelar la vida y el pensamiento de los chinos a lo largo de los siglos y hasta nuestros días, en los que ha conocido un nuevo renacimiento. La enseñanza de Confucio se centra en el hombre, su mensaje es ante todo social y moral, pero, tal como muestran las citas recogidas en este libro, Confucio, partiendo del hombre común, muestra el camino para que éste pueda desplegar todas sus potencialidades más elevadas. Este elevado ideal espiritual tiene un valor universal y para todos los tiempos.