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Otoño de 1876: Friedrich Nietzsche viaja a Sorrento invitado por su amiga Malwida von Meysenbug. Esta travesía no es sólo el primer gran viaje de Nietzsche al extranjero, su primer gran viaje al Sur, sino el gran punto de inflexión en su vida y en su filosofía.
Se produce en un momento en el que Nietzsche padece graves sufrimientos: su salud se ha debilitado e insoportables migrañas le obligan a permanecer en cama al menos una vez por semana. También es el tiempo de hacer un balance intelectual. Aunque ha cumplido 32 años, Nietzsche comienza a lamentarse de haber aceptado demasiado joven la cátedra de profesor en Basilea. Pero más grave todavía es el fervor de su compromiso de propagandista wagneriano, que cede poco a poco el lugar al desencanto.
Este libro ilustra esa metamorfosis de una manera amena y acercándonos a su figura desde el ángulo más humano: las cartas de Nietzsche y de sus compañeros de viaje nos abren en primera persona el paisaje de las emociones del filósofo, sus conversaciones en aquella fructífera comunidad de amigos, sus caminatas por esos parajes mediterráneos donde la vida parece cobrar un nuevo sentido, las exploraciones con Paul Rée y el estudiante Albert Brenner, junto a quienes recobra la sociabilidad alegre que fertiliza su impulso creativo. También nos acercan al hombre asediado por la enfermedad y el sufrimiento. Todo ello en el año decisivo en el que Nietzsche viajará hasta la madurez de su filosofía.