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Arshia Sattar, que firma un prólogo extraordinario, quizás el mejor texto introductorio a este poema épico disponible en nuestra lengua, ha aligerado el texto original de repeticiones, de florituras estilísticas, de interpolaciones espúreas y de errores de transcripción, y lo ha adaptado con sensibilidad y maestría al lenguaje contemporáneo para que pueda leerse ahora con la misma emoción con que se hacía cientos o miles de años atrás.
El resultado es espectacular: este Ramayana, lejos de ser un monumento o un objeto de museo, defecto de la mayoría de las versiones occidentales mencionadas (incluida una en latín que refuerza todavía más esta sensación de antigualla venerable pero inservible y lejanísima), aparece como un texto vivo, actual, próximo y directo con el que uno, sin importar a qué región geográfica o mental del mundo pertenezca, puede dialogar sobre todo lo divino y lo humano. Arshia Sattar, que dedicó diez años de trabajo a su versión, ha sabido ser fiel a las necesidades de los lectores de hoy sin dejar de ser fiel a las exigencias filológicas y culturales de este clásico universal, uno de los libros más deslumbrantes y poliédricos que ha producido la Humanidad.
La historia del príncipe Rama, avatar del dios Visnu, de cómo fue desterrado del reino de Ayodhya y arrojado al bosque junto a su bella consorte Sita, y de cómo ésta fue raptada por el malvado Ravana y conducida a la otra orilla del océano para ser rescatada más tarde por su marido en compañía del sabio rey mono Sugriva y de su sabio consejero Hanuman, constituye una de las fuentes épicas más importantes para comprender el sentido moral y espiritual de la India.
Sus aventuras se encuentran en todas las culturas del continente indio y el sureste asiático, diseminadas en cientos de idiomas y miles de interpretaciones, en la literatura, la música, el teatro, la pintura, la escultura y las tradiciones folclóricas. Por eso se ha dicho en la India que nadie lee por primera vez el Ramaiana: sus historias están ahí desde siempre, reflejándose en cualquier manifestación de su cultura.
Si atendemos únicamente a las fuentes escritas, ningún especialista pondrá en duda que entre todas las versiones existentes, el poema de Valmiki, compuesto en sánscrito entre los siglos octavo y sexto antes de nuestra era, además de ser la versión más antigua que se conoce de las aventuras de Rama, se ha erigido en la obra más prestigiosa e influyente de esta cultura milenaria.
Con esta magnífica edición inglesa de Arshia Sattar, catedrática de lenguas y culturas asiáticas de la Universidad de Chicago, se ha hecho accesible al lector de hoy, en un solo volumen, este monumental clásico de la India. La presente edición se ha enriquecido con quince ilustraciones en color de un manuscrito anónimo mogol del siglo XVI, que recrea visualmente su exuberante mundo épico, patrimonio imprescindible de la humanidad.