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La poesía, según Ricardo Paseyro, nos abre una puerta hacia lo inefable y, a la vez, nos despierta a la visión de lo oculto. Poesía que se materializa en la palabra, pero no en cualquier palabra, pues sólo la palabra exacta alberga la esencia de lo nombrado. Partiendo de tan elevada concepción, y con una encomiable independencia de juicio, el autor analiza la obra de algunos de los más grandes poetas y antipoetas del pasado siglo. Poetas son, según Paseyro, aquellos que respetan la dignidad de la poesía (Unamuno, Jiménez, Huidobro, Vallejo, Supervielle); por el contrario, son antipoetas aquellos que falsifican el sentido profundo de la poesía (Neruda, Paz). Crítico apasionado a la vez que razonable, el autor elogia con el mismo ímpetu con que vitupera. Frente a quienes convierten la poesía en un medio para otros fines, Paseyro declara que la poesía es el único medio y el único fin, un fin sagrado: lo más sagrado de esta vida. Completa el volumen una conversación entre Ricardo Paseyro e Yves Roullière (su traductor francés), en la que el autor relata su propia vida de poeta y desgrana sus opiniones sobre algunos de los nombres más significativos de la poesía en español del siglo XX.