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Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, fue uno de los personajes más poderosos y polémicos de su época. Guerrero por vocación, y cortesano y diplomático por necesidad, tomó parte en las cuestiones políticas y militares más relevantes del siglo XVI, aunque es conocido principalmente por sus seis trágicos años como gobernador de los Países Bajos, bajo el reinado de Felipe II. A pesar de su indudable importancia histórica, es su carácter lo que más fascinó y repelió a sus coetáneos y ha cautivado la imaginación de épocas posteriores.
William S. Maltby dedicó doce años de su vida a la investigación y redacción de este libro, que sigue siendo, sin lugar a dudas, el estudio histórico más completo y profundo que existe sobre su figura. Maltby ha sido el primer biógrafo e historiador en dibujar un retrato veraz del duque, con sus luces y sus sombras, sus logros y sus contradicciones. Sin eludir la penetración psicológica, el gran historiador norteamericano sitúa a su personaje dentro del complejo laberinto político de su época. Por todo ello, asistimos fascinados a un claro y detallado análisis de un siglo asombroso, en el que España alcanzó su cenit y el duque de Alba fue uno de sus símbolos más notorios.