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El nuevo estudio de Moshe Idel establece una distinción fundamental entre dos grandes corrientes de la cábala o mística judía: una teosófico-teúrgica y otra extática. Mientras la primera se orientó en formas, principalmente, ritualísticas de religiosidad y en concepciones teocéntricas, la cábala extática, de tipo antropocéntrico, se centró en la experiencia mística del yo interior. El conflicto entre ambas tendencias adquiere un momento de gran interés con la obra del cabalista español Abraham Abulafia, quien sufrió los ataques de los partidarios de la cábala teosófica por sus actividades mesiánicas y proféticas.
A diferencia de la corriente teúrgica, muy próxima a concepciones rabínicas clásicas, la cábala extática reducía sus prácticas contemplativas y visionarias a un grupo de practicantes más elitista y a formas extremas de devekut o unio mystica... Con esta obra Idel pone de manifiesto la necesidad de los estudios comparatistas, situando la mística judía en el contexto general de la historia de las religiones.